Dentro de poco amanecerá... me gusta el olor del café, temprano, se destila mientras me visto y me recibe cuando entro a la cocina silenciosa e inmaculada.
Comienza el día, impredecible a pesar de programado.
Y si no tomas café, seguro que hay en tu vida pequeñas rutinas que te hacen sonreir a pesar de que el sol apenas despunta en el horizonte desdibujado...